Neuromarketing, la conciencia de las compras inconscientes



Por: Lilia Montserrat Tinoco Flores, José Lugo Rojo, Angélica Guadalupe Aguilar Urquídez

En la actualidad, científicos y mercadólogos trabajan de la mano para analizar el comportamiento del consumidor, centrándose no solo en las reacciones que son perceptibles a simple vista, sino también en los procesos mentales y reacciones físicas invisibles que llevan a una persona a preferir o adquirir cierta marca o producto. El estudio del consumidor ya no solo se basa en su comportamiento visible, ahora es posible observar su actividad inconsciente y determinar qué es lo que lo hace ser o no ser fan de un producto.

El comportamiento del consumidor ha sido estudiado durante mucho tiempo utilizando como base la conducta consciente de los clientes y usuarios de un producto. Es decir, se escucha lo que dicen y se observan los gestos y acciones que realizan al adquirir, comprar, usar y desechar cierto producto o servicio, se analiza lo que el mercadólogo puede percibir del cliente y se desarrollan estrategias de mercadotecnia en base a esas observaciones; pero, ¿qué pasa en esa parte del ser humano que no somos capaces de ver? ¿Qué ocurre en el cerebro del consumidor al escuchar o ver un comercial? ¿Es el consciente o el inconsciente quien nos guía a la compra?

Para resolver estas y otras cuestiones relacionadas con la percepción cerebral de los consumidores, se ha desarrollado una rama de la ciencia que está directamente ligada a la investigación de mercados denominada Neuromarketing, en la cual el monitoreo de la actividad cerebral es fundamental para conocer lo que en realidad motiva a las personas a ser consumidoras de una marca en específico. De la misma manera, en el neuromarketing, medir el ritmo cardiaco, la respuesta galvánica de la piel (resistencia eléctrica) y el movimiento ocular es importante para conocer qué tanto un comercial o una marca estimulan a su mercado meta a la compra.

  1. Cómo medir la actividad cerebral.
Para medir la reacción cerebral que una marca o anuncio produce en una persona, se utilizan métodos desarrollados en las neurociencias, como la electroencefalografía, la cual consiste en colocar receptores de movimiento en distintas partes de la cabeza y con ellos detectar la vibración provocada por la actividad neuronal. Con esta técnica, no solo es posible saber qué tanta emoción produce un estímulo publicitario, sino también en qué parte del cerebro se presenta la reacción, con lo que podemos saber si la reacción es positiva o negativa. Es un hecho que la actividad de la zona izquierda del cerebro está relacionada con el deseo de acercarse a una persona o poseer cierto objeto, hablando de mercadotecnia, si el lado izquierdo del cerebro se muestra activo, representa que la persona se siente atraída por la marca o producto que se le ha presentado. 
Otra herramienta para conocer la actividad cerebral es hacer al individuo estudiado una resonancia magnética funcional, gracias a la cual podemos identificar las áreas del cerebro que entran en acción al realizar ciertas tareas o al estar expuestas a ciertos estímulos, mediante la iluminación de esas áreas. Así podemos saber si las reacciones activan las partes del cerebro relacionadas con la alegría, la tensión, la tristeza o la ansiedad. Mediante la resonancia magnética se pueden analizar partes profundas del cerebro que no son alcanzadas por una electroencefalografía.


   2.  Desde el fondo del corazón.
Por otro lado, el corazón si puede darnos una idea de lo que el cliente siente por nuestra marca. El ritmo cardiaco nos dice mucho acerca de la reacción inconsciente de las personas cuando ven a alguien o algo que les agrada. En caso de que la emoción o los sentimientos provocados sean positivos, los latidos del corazón se acelerarán, de manera inversa, si la emoción es negativa, o activa los mecanismos de autodefensa del individuo por el rechazo al estímulo, el tiempo entre latidos será mayor, es decir, el corazón se desacelerará.

  3. Emociones a flor de piel.
Las reacciones que los estímulos publicitarios provocan en los consumidores pueden medirse por lo que los individuos sienten en la piel. La respuesta galvánica de la piel, o nivel de la resistencia eléctrica se mide a través de la activación de glándulas sudoríparas en zonas donde estas abundan, como las manos y los dedos. La desventaja es que, aunque se puede medir la intensidad de la respuesta galvánica de la piel, no se puede saber si la reacción es por una emoción positiva o una negativa, es decir, podemos saber si el individuo estudiado reacción ante nuestro comercial o producto, pero no podemos saber si su reacción es o no favorable.

   4. El amor entra por los ojos.
Monitorear el movimiento ocular es útil para conocer en qué partes del anuncio o del empaque del producto, el consumidor utiliza más tiempo en ver. De esta manera podemos conocer cuáles son los elementos que más llaman la atención y si son las mismas que consideramos importantes en el mensaje gráfico que deseamos transmitir. Para llevar esta medición a cabo se utilizan cámaras de alta velocidad que capturen el movimiento ocular, la dilatación de la pupila y el parpadeo del cliente que recibe el estímulo. Con la información obtenida de esta parte del estudio, podemos saber si realmente estamos atrayendo la vista del mercado a la parte que queremos que vea primero o con mayor detenimiento.

   5. Aplicar lo aprendido y reto cumplido.
Por último, es bien sabido que un conocimiento adquirido no nos sirve de nada si no lo aplicamos para resolver problemas o mejorar las soluciones ya encontradas. La parte más importante de llevar a cabo estudios de Neuromarketing es analizar los resultados y sacar conclusiones que nos orienten en la toma de decisiones o desarrollo de estrategias de mercadotecnia para incrementar las ventas o fomentar la lealtad del consumidor. Cabe destacar que las reacciones observadas pueden ser tanto fruto de las emociones provocadas por los productos, las marcas o los empaques, como por el contexto completo del anuncio, incluidas las personas que los presentan. Estudios recientes han comprobado que, si un producto es presentado por una celebridad, la intensidad de las emociones positivas que registran los consumidores es tan alta, que están dispuestos a pagar un 20% adicional al precio que normalmente pagarían por el mismo producto.

En otras palabras el Neuromarketing se encarga del monitoreo de la actividad cerebral, la ocular, las reacciones en la piel y en el ritmo cardiaco, todas ellas derivadas de estímulos generados por la observación, adquisición o uso de marcas o productos y sus comerciales. Estudiar estas reacciones puede ayudarnos a generar estrategias de ventas y promoción exitosas, que coloquen a nuestro producto como líder en su categoría, atrayendo más clientes y fomentando la lealtad del consumidor.  Finalmente, lo que el neuromarketing trata de demostrar es que el consumidor es guiado a la compra no solo porque le gusta el estilo de una marca, o porque alguien le ha recomendado cierto producto, sino que las marcas y sus comerciales son capaces de activar zonas en el cerebro y producir en él emociones que, inconscientemente nos llevan a consumir o usar sus productos o servicios, y que el mercadólogo debe ser capaz de usar los resultados del neuromarketing a su favor.

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